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Los niños y niñas… ¿Son importantes?



En el marco de la celebración del Día del Niño, la respuesta a esta interrogante, resulta por demás imperante y afirmativa: Son los niños y niñas lo más importante. Pues claro, son la parte de la sociedad más importante porque en ellos depositaremos el futuro de los próximos 30, 40 y hasta 50 años de una sociedad, son lo más importante porque en el promover y garantizar hoy su sano desarrollo, así como un ambiente libre de violencia, condicionará el entorno que, para las etapas próximas, permitan el verdadero desarrollo humano, social, cultural, económico y político de una nación. 

Son las niñas y niños lo que nos debe ocupar y preocupar a quienes hoy formamos la proporción más densa demográficamente, y la cual, tiene la gran tarea de garantizar, salvaguardar, procurar y defender los derechos humanos fundamentales de nuestros niños: derecho a la identidad, derecho a la educación, derecho a la salud, derecho al esparcimiento y recreación, derecho a una familia. 

Pensar que lo más importante son nuestros niños nos hace reconocer que tenemos el gran compromiso de garantizar su sano desarrollo sin el uso de violencia ni maltrato, ya sea físico, emocional o psicológico, y éstas condiciones, son la medida de la gran tarea que en un primer momento; los padres de familia tenemos de educar, guiar y orientar.

 

¿Si no le pego a mi hijo… entonces cómo puedo hacer para educarlo? 

La pregunta que te estás haciendo me la he hecho muchas veces como mamá y como profesional de la educación y la formación de padres de familia. Ante tal pregunta surgen muchas respuestas posibles, desde la justificación del uso del maltrato verbal o psicológico en algunas circunstancias como excusa de corrección, hasta el pasar por alto dinámicas de violencia que; si no es en el hogar propio, observamos en círculos cercanos sin que se corrija de alguna forma o sea denunciada o castigada. 

Los padres de familia y educadores nos desgastamos en una constante búsqueda de recursos y herramientas que nos hagan sentir confiados en nuestra tarea educativa y de crianza y es cuando tomamos conciencia de que va más allá de proveer lo necesario para su bienestar físico pues exige brindarles un entorno amoroso y respetuoso de sus derechos. Los padres de familia debemos ser los encargados principales de procurar que no sólo en la familia sino en todos los ámbitos en los que un menor se desenvuelva se vele por su bienestar y seguridad y eso incluye su bienestar emocional. 

Entonces ¿por qué existen hogares en los que son los mismos padres de familia los que en su afán de educar y formar personas de bien, caen en el error de usar el castigo físico o el maltrato verbal y psicológico a niñas y niños? ¿qué pueden hacer las instituciones, autoridades y el gobierno para apoyar a los padres de familia? Y, sobre todo: ¿por qué es importante dirigir esfuerzos para atender las grandes problemáticas que aquejan e impactan las estadísticas del día a día en temas de violencia y maltrato infantil?


 Y… ¿El gobierno y las instituciones deben ayudar a los padres de familia con tan importante labor? 

¡Así es! Un trabajo articulado y en sintonía permitirá que tanto padres de familia, educadores e instituciones sumen esfuerzos en favor del cuidado de nuestras niñas y niños.  No olvidemos que, si al día de hoy no existen políticas públicas que favorezcan y garanticen el sano crecimiento de niñas y niños, por medio de programas bien estructurados y organizados a través de los municipios e instituciones que tienen como misión prioritaria el procurar el sano desarrollo psico emocional de los niños, no nos sorprenda que el día de mañana y en un futuro no muy lejano, estemos padeciendo por la falta de personas en calidad humana y moral, así como personas que guíen los ámbitos sociales hacia una mejora en la calidad de vida, y sobre todo, a una cultura  que arraigue principios y valores, así como la base de formar y forjar personas de bien. Esas personas, que un día fueron niños y niñas, y que el día de mañana, tomarán decisiones en los gobiernos, en las cámaras, en las empresas, en las instituciones, en las asociaciones y organismos intermedios. 


En México, ejercer violencia contra niñas, niños y adolescentes es ilegal y se debe erradicar.

Hoy, en el día en que festejamos a los niños y niñas, hagamos a un lado la indiferencia y pongamos interés en generar un cambio social y cultural que permita a nuestros niños y niñas crecer en ambientes libres de violencia y que promuevan seguridad, apostemos por la formación de valores y el desarrollo de programas que atiendan sus necesidades, los preparen para enfrentar la situación actual de nuestro país y les permitan así cambiar las estadísticas, pronósticos y por ende se vea reflejado el bienestar social.
 
No permitamos que los menores crezcan normalizando la violencia como algo cotidiano que a futuro forme parte de sus patrones de crianza y convivencia. Las familias, los gobiernos y las instituciones deben trabajar en colaboración para evitar dicho escenario que no es para nadie agradable de visualizar y que está más cerca de lo que percibimos.